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Responsabilidad como motor de vida



Responsabilidad como motor de vida

Por: Elena Puig Guitart


Responsabilidad como gran liberador. De culpas, de mentalidades, de personas, de situaciones, de dolor propio y ajeno. Y es que cuando emerge la responsabilidad, todo cambia.

Cambia cómo te ves. Ya no hace falta culpar a los demás, a tu novio, padre, madre, hermana, tía, señora del pan, jefe, compañera de trabajo... no hace falta culpar a nadie de tus propias miserias. Las miserias, oh sí, me pertenecen. Y no, no significa que tenga que tragar lo que no me toca de todas esas personas que me pueden estar haciendo daño. Se trata de aceptarlo... y mover ficha.

Con la responsabilidad me doy cuenta de que mi vida es... ¡mi vida! Que mi vida es mía, y como tal, me pertenece. Y si me pertenece puedo cambiarla.

Puedo elegir. Elegir continuar en modo víctima, en modo lamentación, en modo bloqueo, en modo pasivo. O elegir la acción. El error como factor de aprendizaje. Las decisiones, aunque me muera solo de pensarlo. El atreverme, en definitiva.

Fíjate en lo que hoy comentamos. Son factores de libertad absoluta. Muy complicados de iniciar, si no digo que no. Pero posibles. Poco a poco. Con compromiso. Con paciencia. Perdonándote. Que estás aprendiendo. Que vivir es aprender. Que vivir es dar sentido a tu día a día.

Lee y repasa. Mastica lo que lees. ¿Qué hay que te cueste? ¿Qué hay que ya estés consiguiendo?


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