
REGULACIÓN EMOCIONAL EN NIÑOS
Por: Ana Francisca Trueba
Para enseñarles a nuestros hijos a manejar mejor las emociones negativas debemos cambiar nuestra percepción negativa de ellas.
Cuando tienes una percepción negativa de las emociones fomentas rechazo a tus emociones logrando únicamente intensificar el malestar. En cambio si te permites sentirlas se vuelven manejables.
Por ejemplo si me levanto un día ansiosa, y tengo la percepción que sentir ansiedad es malo, me voy a angustiar de estar sintiendo ansiedad y esto solo va a intensificar mi malestar.
Sin darnos cuenta como padres muchas veces contribuimos a que nuestros hijos tengan una mala relación con sus emociones negativas. Les decimos que no se pongan tristes, ni enojados, ni ansiosos por que eso es malo. Esto a la larga genera rechazo y miedo hacia estas emociones.
Es por eso que tenemos que cambiar la forma en la que reaccionamos y hablamos de las emociones negativas con nuestros hijos.
A mí me pasa con mi hijo que se me escapa y le digo "pero no te enojes," "pero no te pongas triste."
Esto es problemático por que el mensaje que le estoy dando es que las emociones como el enojo, la ansiedad y la tristeza no son aceptables, son malas e incluso peligrosas. Esto solo intensifica el malestar y fomenta reacciones negativas. En vez, ahora estoy tratando de decirle: "está bien que te enojes pero no lances las cosas. "
Esta forma de comunicación contribuye a la inteligencia emocional de los niños porque empiezan a entender que hay que separar las emociones de las conductas. Transmites el mensaje que cuando uno se enoja no tiene que lanzar las cosas. Hay otras formas de reaccionar ante las emociones. La ira en sí no es problemática si aprendes a reaccionar de forma más positiva. Si los niños aprenden a rechazar la ira porque es “mala” entonces se pueden volver más impulsivos para desahogar el enojo y ya no sentirla. Tener una relación saludable con las emociones negativas es lo más fundamental para la regulación emocional.