
¿No existo?
Por: Elena Puig Guitart
Cuando no sabemos poner límites es porque dependemos emocionalmente de los otros.
⠀
Y eso, en origen es natural. Los niños deben depender. Claro.
⠀
Pero nos convertimos en adultos. Y de adultos debemos aprender a priorizarnos. No a ser egoístas. No. A priorizarnos. Es decir, a sabernos hacer respetar, escuchar. Ser visibles, creernos que merecemos ser vistos. Aceptar que no siempre gustamos y, a pesar de eso, ser valientes para ser quien somos. No quién los demás quieren o pensamos que quieren, que seamos.
⠀
El miedo al rechazo y al abandono nos hace entrar en bucles de películas donde somos el protagonista, el secundario, el director y la productora. Como decíamos en las cuatro publicaciones anteriores sobre el ego. Películas que, muy a menudo, nos montamos solos. Y si es así, enhorabuena porque significa que tenemos el poder de cambiarlas. Porque ya suficientes películas tenemos en la vida donde solo nos toca aceptar, porque poco podemos hacer.
⠀
Así que, las que dependen de nosotros, es nuestra responsabilidad.
⠀
Cuesta tanto, tanto, tanto, priorizarse. Tanto. Si uno no está acostumbrado sientes vértigo. Un miedo infinito que te paraliza. Lo sé.
⠀
Pero se puede. Poco a poco. Siendo conscientes que estamos aprendiendo. Y que nos costará. Y que nos equivocaremos. Pero ¿y qué?
⠀
Hoy todas aquellas situaciones que a muchos nos suenan. Y en ciertas fechas, suenan más que nunca. Porque se tercia a que se produzcan. No te creas que lo das todo porque sí. Lo das todo porque todavía no sabes no darlo todo.