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No sé si fue un quebranto en la salud o una excusa, pero hace unos años entré en esa búsqueda a la que todos llegamos o de la que nunca salimos.

Dejar de cuestionar tantos “por qué” para abrazar un “para qué”, un sentido a esta estadía pasajera que es la vida. No es tarea fácil desamarrar la cuerda que ata tus pensamientos al pasado, descolgarnos del tren del futuro y reconectar con un presente que sostenga un propósito. ¿Tú dónde estás, queriendo cambiar lo que ya pasó, preocupado por lo que aún no pasa o viviendo hoy?

Mientras lees estas líneas, ¿estás conmigo? o te atraso a tu próxima parada. Si vas de apuro sugiero te detengas unos minutos.

Quiero invitarte a surfear nuevas olas, advierto que te vendrá bien moverte a un ritmo menos rígido cada que te haga falta y sentir que después de pasar por aquí, te llevas algo bueno para el alma. Tiempo para ti, es el mejor regalo que nos podemos dar.

Tiempo para conectar con experiencias, consejos, entrevistas con mentes brillantes alrededor del mundo. Un espacio que te ayude a vivir una vida plena, con propósito, libre de miedo.

Si supiéramos cuántas penas, rupturas, injusticias, malentendidos y conflictos se podrían evitar con solo entender mejor nuestro cerebro, habríamos aprendido antes a gestionar las emociones, a vivir con sentido, ver abundancia en donde otros ven un vacío, y en esa plenitud, disfrutar de soltar y ser felices. ¡Cuánta falta nos hace! Lo veo en la política, que la he vivido a diario durante 14 años, en el trabajo, en casa, en las amistades, en nuestro rol como padres, y en cada aspecto de la vida.

Hay una sociedad que enferma silenciosamente, y otra que está aprendiendo a navegar nuevas aguas, a varar solamente si toca tierra fértil, de esa que da frutos de bienestar o bien-sentir, empapada de gratitud, compasión, y ganas de compartir lo vivido.

Ahora vuelvo con la pregunta: ¿Dónde quieres estar? Si te atreves, empieza aquí por apagar el piloto automático de tu vida, y camina consciente por estas líneas, en busca de sentido.

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